Toma de contacto – Toyota Verso 115D
Hace ya bastante tiempo que vivimos el boom de los monovolúmenes. Hasta que Renault se sacó de la manga el
Scénic, los monovolúmenes no dejaban de ser, básicamente, furgonetas compactas
con asientos y acristaladas. El monovolumen compacto llegó, vió y venció, casi
todas las marcas adoptaron y adaptaron la idea (BMW acaba de hacerlo y Audi se
resiste cual aldea gala). Durante la última década y pico el segmento ha
evolucionado hasta el punto de ofrecer minivolúmenes
y no sólo resiste el empuje de los SUV, sino que conviven perfectamente y cada
vez hay más dónde elegir.
Aquí es donde encaja este Toyota Verso 2014, que es la
actualización del modelo que se vende desde 2009. Este monovolumen compacto nació
en 2002 como apellido furgonetil de la gama Corolla, pero en esta su tercera
generación, acabó poniéndose su nombre por montera y ahora cabalga en
solitario.
Las novedades introducidas con la versión 2014 son
quirúrgicas y precisas. El frontal se renueva totalmente adoptando la estética
actual de la marca, si bien en la trasera no encontramos cambios apreciables.
El interior tampoco aporta grandes novedades en el campo estético, salvo
pequeñas mejoras en materiales, acabados y equipamiento.
La unidad de pruebas se trataba de una versión 115D, con 7
plazas, techo solar, llantas de 17”
y en color bronce, nuevo en la gama. De hecho fue una versión muy acertada,
pues aunaba prácticamente todas las novedades introducidas en el nuevo Verso.
- Exterior
Como ya he comentado, exteriormente el nuevo Verso adopta un
nuevo frontal, prácticamente calcado del Auris. La verdad es que el aspecto
queda genial, “aligera” la estética y resulta incluso agresivo. Los
retrovisores exteriores también son nuevos.
El nuevo color bronce metalizado también es otro acierto,
pues resulta peculiar y diferente, además de casar a la perfección con las
llantas de 17”
pintadas en un tono muy parecido.
Así pues, esta combinación de frontal, color y el diseño de
la trasera hacen que el Verso resulte compacto y dinámico.
- Interior
En el interior no hay cambios apreciables respecto a la
versión de 2009. El diseño es el mismo, con la instrumentación centrada y
orientada al conductor. La consola está presidida por la pantalla del sistema
multimedia Toyota Touch 2&Go y la
palanca de cambios, que emerge del salpicadero.
Los asientos de la segunda fila son independientes, el
central algo más pequeño que los otros dos. Para mi gusto y medidas
antropométricas resultaron un poco pequeños y estrechos. Con el techo solar
panorámico tuve sentimientos encontrados; desde las plazas delanteras apenas lo
aprecias, en la segunda fila lo disfrutas en toda su plenitud, pero a cambio se
pierden unos centímetros en altura libre que para mi 1,90 m acaban resultando
imprescindibles para no rozar con el guarnecido, por lo tanto casi todo el
mundo viajará cómodamente y sin estrecheces en las plazas traseras.
Tuve la oportunidad de probar las plazas de la tercera fila,
sabiendo de antemano que no son precisamente aptas para adultos, y menos tan
patilargos como yo. Obviamente, el resultado fue el esperado: respaldo corto
que no abarcaba mi espalda, reposacabezas incrustado entre los omoplatos,
piernas requeteencogidas y ejercicios de contorsionismo para entrar y salir.
Eso sí, para niños o personas de estatura más contenida,
está todo muy bien pensado, pues la segunda fila de asientos se puede desplazar
longitudinalmente 20 cm
y el respaldo es abatible. Además, en configuración de 5 plazas, la tercera
fila queda totalmente oculta y enrasada con el piso del maletero, ofreciendo
una amplia superficie plana. Como colofón, el proceso para desplegar o replegar
dichos asientos es sencillo a más no poder, pues no hay más que tirar de una
correa.
En configuración de 5 plazas el maletero ofrece un amplio
espacio de carga y un volumen de 440
l (hasta la bandeja), que se queda corto frente a
modelos de la competencia, dentro y fuera de su segmento. Bajo el piso del
maletero se encuentra un voluminoso hueco en el que encontramos el kit de reparación
de pinchazos y espacio de sobra para dejar ahí esos cachivaches que acaban
rodando de lado a lado cuando no disponemos de estos prácticos huecos.
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Si abatimos la segunda y tercera fila de asientos nos queda una superficie totalmente plana y un volumen de 1700 l |
- A los mandos
Antes de poner en marcha el motor, he de comentar lo que es la
gran novedad que trae el Verso. Se trata del motor que anima a esta versión
115D. Hablamos de un 1.6 diésel de BMW, que es semejante al que encontramos en
algunas versiones de la serie 1, en próximas motorizaciones de la serie 2 Active
Tourer y en los Mini.
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No muy escondido, pero ahí está la prueba, tiene corazón bávaro |
Este motor de 1598 cm3 ofrece una potencia de 111
CV a 4000 rpm, 270 Nm entre 1750 y 2250 rpm y un consumo medio homologado de
4,5 l/100 km.
Bueno, a lo que vamos. La entrada al puesto del conductor es
cómoda gracias a la posición elevada, y encontrar el reglaje adecuado también
es sencillo. Quiero destacar los acertados retrovisores exteriores, pues son
grandes y ofrecen una visibilidad excelente, además de no hacer ningún ruido
aerodinámico apreciable.
El interior resulta muy acorde a lo habitual en la marca y
en los modelos japoneses en general. Buenos materiales, de aspecto duradero,
diseño sin estridencias aunque un poco soso… A primera vista se echa en falta
que aprovechen la superficie del salpicadero para huecos con tapa extras, al
fin y al cabo es algo típico de este tipo de vehículos.
La instrumentación resulta muy cómoda de leer, tanto por
posición como por la tonalidad de la iluminación, muy nítida. Esto es al menos
en lo que respecta a los diales de rpm y velocidad. A la izquierda de ellos
encontramos un pequeño indicador de cambio óptimo de marcha, que no se ve todo
lo bien que debería y no se aprecia al primer vistazo. De la misma manera, la
pantalla del ordenador de a bordo queda alejada de la vista y hay que
“esforzarse” para leer la información que nos ofrece.
Una vez en marcha, el motor apenas suena si no se acelera
con contundencia, y el vehículo se mueve con soltura. El recorrido de prueba se
hizo con el conductor y dos ocupantes y la respuesta en conducción urbana es
satisfactoria.
El Verso dispone de hill-assist y Start&Stop de serie.
El funcionamiento de este último da la impresión de que es un poco perezoso a
la hora de encender el motor al reanudar la marcha. La unidad de pruebas
disponía de cámara de visión trasera, que puede resultar útil en maniobras de
aparcamiento, pero la pantalla del equipo Touch
2&Go es demasiado sensible a los reflejos y durante la mayor parte de
la prueba era completamente ilegible.
Es mi opinión personal, pero este tipo de pantallas deberían
ir siempre en lo alto del salpicadero y cubiertas bajo una visera, de esta
manera estarían en una posición que exija desviar menos la mirada y a salvo de
incómodos reflejos. Encastrarlas en medio de la consola será muy cómodo para la
tontería de la pantalla táctil, pero siempre será más seguro un mando externo
intuitivo y con buen tacto y un manejo que no nos despiste de lo importante:
circular.
Por lo demás, el Touch
2&Go aglutina el control del equipo de sonido, navegador, cámara de
visión trasera, diversas aplicaciones e incluso acceso a Internet. Tiene
incluso un modo “vaso de agua” que evalúa tanto la eficiencia de la conducción
así como la finura o brusquedad del conductor.
A velocidad estable y con tráfico ligero, el Verso llanea
con soltura. El sonido del motor apenas se cuela en el habitáculo, el ruido
aerodinámico nulo y casi sólo se cuela el ruido de rodadura de los neumáticos,
lo que facilita una conducción relajada. No obstante, el desarrollo de la 6ª
marcha está enfocado principalmente a reducir consumos y frente a determinadas
situaciones se hace necesario bajar una o dos marchas, incluso poco cargado.
La dirección ofrece buen tacto, aunque filtra bastante lo
que sucede bajo el eje delantero. Aún así es agradable, la asistencia es
notable en maniobras en parado y se maneja de manera ágil. De la misma manera
los pedales tienen un tacto adecuado, se coge fácil el tranquillo. La palanca
de cambios queda en una posición muy cómoda y el manejo es muy satisfactorio.
Las suspensiones contienen el balanceo de la carrocería, si
bien al enfrentarse a baches puede resultar seca, aunque esto no se aprecie en
el volante.
Respecto al motor, ofrece una respuesta adecuada y el coche
se mueve correctamente para su peso y volumen. Sin embargo para ciertos
usuarios puede quedarse corto en cuanto a respuesta, pues la reacción al
acelerador no es precisamente enérgica.
- Conclusión
Este Verso actualizado se pone al día frente a la
competencia en cuanto a estética, ofrece un acertado equipamiento tecnológico e
incluye una nueva motorización con la que atraer nueva clientela.
Con este motor 1.6 del 115D el Verso es un perfecto aliado
para desplazamientos urbanos y periurbanos, pues el funcionamiento es más que
correcto y el consumo real puede ser
fácilmente de unos 5-5,5 l/100 km.
En mi opinión, para viajes largos y con las plazas y el
maletero ocupados, se va a quedar corto por la respuesta del motor y el
desarrollo de las marchas largas. En vías rápidas todavía puede defenderse,
pero en carreteras convencionales se puede ver comprometido frente a
adelantamientos apurados.
Para estos casos, y para aquellos que tengan el pie derecho
pesado, Toyota nos ofrece las motorizaciones 150D (150 CV) y 180D (177 CV,
repito, ¡¡¡177 CV!!!) de gasóleo y las 130 (132 CV) y 140 (147 CV) de gasolina.
Si te lo sirven en tantos sabores, creo que con toda seguridad encontrarás un Verso que rime contigo.
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